Asumiendo mi esencia (aquella que me empeñaba en negar) me di cuenta de que mi realidad no es un problema.
Antaño hubo alguien, de mente dispersa que siempre miraba al infinito. Alguien cuyo trazo en blanco y negro hacía caer en numerosas sensaciones, melancolía, sonrisas… así como perversiones… capaz de entregarse a aquello que nos hace sinceros: los impulsos (jamás juzgaría por un impulso, pero aborrezco a los seres tibios, incapaces de escucharse); alguien capaz de darlo todo por tener o mantener esas sensaciones que nos hacen existir…
Ahora camino sola, por un mundo ficticio que o me pertenece. Puedo rozar el éxito con las manos o hacer bolitas de papel y lanzarlas al cielo… da igual, en realidad pocas cosas importan.
Ahora mi cuerpo me pide que pare, mi mente no… ahora solo queda vacío, pero pasajero… es lo que tiene ser adicta a las sensaciones y tener un escondite para compartir… con quien se atreva a mirar más allá.
Antaño hubo alguien, de mente dispersa que siempre miraba al infinito. Alguien cuyo trazo en blanco y negro hacía caer en numerosas sensaciones, melancolía, sonrisas… así como perversiones… capaz de entregarse a aquello que nos hace sinceros: los impulsos (jamás juzgaría por un impulso, pero aborrezco a los seres tibios, incapaces de escucharse); alguien capaz de darlo todo por tener o mantener esas sensaciones que nos hacen existir…
Ahora camino sola, por un mundo ficticio que o me pertenece. Puedo rozar el éxito con las manos o hacer bolitas de papel y lanzarlas al cielo… da igual, en realidad pocas cosas importan.
Ahora mi cuerpo me pide que pare, mi mente no… ahora solo queda vacío, pero pasajero… es lo que tiene ser adicta a las sensaciones y tener un escondite para compartir… con quien se atreva a mirar más allá.